12/06/2025
La arquitectura de la antigua Grecia, con sus templos majestuosos y proporciones divinas, es una de las expresiones artísticas más influyentes de la historia de la humanidad. Estas edificaciones, concebidas principalmente como moradas para las deidades, no solo servían a un propósito religioso, sino que también encapsulaban la visión griega de la belleza, la armonía y el orden. Sumergirse en su historia es comprender la evolución de una civilización que sentó las bases de gran parte de la cultura occidental.

El camino hacia los templos que hoy admiramos como ruinas o reconstrucciones fue largo y fascinante. Los primeros vestigios de estructuras que podrían considerarse precursoras de los templos griegos se remontan a siglos muy tempranos. Hallazgos como una monumental tumba en Lefkandi, en la isla de Eubea, datada a principios del siglo X a. C., nos muestran edificios alargados con ábsides y techos sostenidos por postes de madera exentos, un primer indicio de lo que luego sería el peristilo. Estas construcciones iniciales, a menudo de adobe y madera, sentaron las bases para las formas y distribuciones que evolucionarían con el tiempo.

Durante los siglos IX y VIII a. C., los griegos comenzaron a desarrollar sus edificios sagrados a partir de estas estructuras más simples. Inicialmente, las plantas podían ser curvas, reminiscente de antiguas cabañas, pero hacia finales del siglo VIII a. C., las plantas rectangulares se volvieron predominantes. Ejemplos tempranos como la Cabaña de la playa de Eretria, descubierta bajo el templo de Apolo Dafnéforo, aunque aún con ábside, muestran una longitud considerable (35 m) y la presencia de apoyos centrales para el techo. En Creta, en el siglo VIII a. C., ya se encontraban edificios rectangulares con cubiertas planas, como el templo A de Prinias.
La transición de materiales perecederos como el adobe y la madera a la piedra y el mármol fue un hito crucial. El uso de tejas de terracota para los techos, atestiguado en santuarios como Peracora y Delfos en el siglo VII a. C., hizo necesaria la sustitución de los simples postes de madera por columnas más robustas capaces de soportar el mayor peso. El templo de Istmia, construido en la primera mitad del siglo VII a. C., ya presentaba muros de la cella en opus quadratum (bloques regulares de piedra caliza) y un peristilo de columnas. Esta evolución material permitió que los edificios crecieran en tamaño y monumentalidad.
Orígenes y Evolución Temporal
La historia de los templos griegos está íntimamente ligada a la evolución de su arquitectura, que se puede dividir en grandes períodos. Comenzando con estructuras sencillas en la Época Oscura y Arcaica temprana, la verdadera monumentalidad emergió en el Período Arcaico (800-500 a.C.). Durante estos siglos, los griegos perfeccionaron la construcción en piedra y comenzaron a definir los primeros órdenes arquitectónicos. Los templos dejaron de ser meros refugios o almacenes para convertirse en símbolos de la polis y moradas dignas de los dioses.
El Período Clásico (500-323 a.C.) representa el apogeo de la arquitectura griega y, por ende, de la construcción de templos. Es en esta época cuando se erigieron las obras más famosas, caracterizadas por un equilibrio y perfección que aún asombran. Arquitectos y constructores alcanzaron un dominio técnico y estético sin precedentes, utilizando principalmente el mármol y aplicando rigurosas reglas de proporción y simetría. Edificios como el Partenón en Atenas son el epítome de esta búsqueda de la perfección.
Con el inicio del Período Helenístico (323-31 a.C.), tras las conquistas de Alejandro Magno, la arquitectura griega se expandió por vastos territorios y adoptó influencias locales. Si bien se siguieron construyendo templos, a partir del siglo III a. C., la construcción de grandes templos comenzó a decaer. Hubo un breve resurgimiento a finales del siglo II a. C., pero en el siglo I a. C., la actividad constructiva se redujo drásticamente, centrándose más en la renovación o finalización de estructuras existentes.
Los templos eran financiados principalmente por las ciudades-estado (polis) y las administraciones de los grandes santuarios. Sin embargo, también hubo particulares, especialmente gobernantes helenísticos, que patrocinaron la construcción de templos. Con la creciente influencia romana y la eventual incorporación de Grecia al Imperio Romano, los patrones de financiación cambiaron. Los funcionarios romanos y emperadores se convirtieron en los nuevos clientes, y la arquitectura evolucionó hacia las formas romanas, marcando el fin de la era de los templos griegos puros.

De la Arcilla al Mármol: Materiales y Técnicas
Los primeros edificios sagrados griegos eran construcciones modestas, utilizando los materiales más disponibles: adobe para las paredes y madera para las estructuras de soporte y el techo. Estos materiales eran adecuados para estructuras pequeñas, pero limitaban significativamente el tamaño y la durabilidad de los edificios.
La introducción de la piedra, inicialmente caliza y luego el codiciado mármol, revolucionó la arquitectura griega. Permitió la construcción de muros más altos y robustos y, crucialmente, el desarrollo de sistemas de soporte más sofisticados, como las columnas de piedra. La invención y el uso extendido de las tejas de terracota para los techos, en lugar de materiales más ligeros como la paja o cañas, también fue un factor determinante. El peso de las tejas requería soportes más fuertes, impulsando la evolución de las columnas de madera a piedra y la necesidad de fustes más gruesos y capiteles más elaborados.
Las técnicas constructivas se volvieron cada vez más refinadas. Los bloques de piedra se cortaban con precisión y se unían sin mortero, confiando en el peso y la exactitud del tallado para crear estructuras estables. Las columnas, a menudo construidas a partir de varios tambores apilados, mostraban un conocimiento avanzado de la cantería. La simetría y la proporción no eran solo conceptos estéticos, sino que guiaban todo el proceso constructivo, asegurando la estabilidad y la armonía visual del edificio.
Los Pilares de la Belleza: Órdenes Arquitectónicos
La característica más distintiva de la arquitectura de los templos griegos, y su legado más duradero, son los órdenes arquitectónicos. Estos definen no solo la forma de las columnas y sus capiteles, sino también el diseño y la proporción de todo el entablamento (la estructura horizontal que descansa sobre las columnas) y, en esencia, la estética general del edificio. Los griegos desarrollaron tres órdenes principales:
- El Robusto Dórico
- Es el orden más antiguo y austero. Se caracteriza por su simplicidad y solidez. Las columnas dóricas carecen de base, elevándose directamente sobre el estilóbato (la plataforma del templo). Sus fustes son robustos y presentan estrías poco profundas y afiladas. El capitel es sencillo, formado por un equino (una pieza convexa) y un ábaco cuadrado. El entablamento dórico es distintivo, con un friso decorado con triglifos (bloques con tres bandas verticales) alternando con metopas (paneles, a menudo esculpidos). Ejemplos notables incluyen el Templo de Hera en Olimpia y el Partenón en Atenas.
- El Elegante Jónico
- Surgió posteriormente y es más esbelto y decorado que el dórico. Las columnas jónicas sí tienen una base decorativa. Sus fustes son más delgados y altos, con estrías más profundas y separadas por filetes planos. La característica más reconocible es su capitel, decorado con volutas (formas en espiral) a cada lado. El entablamento jónico presenta un arquitrabe liso (a menudo dividido en tres bandas) y un friso continuo que frecuentemente estaba ricamente decorado con relieves escultóricos. El Templo de Erecteión en la Acrópolis de Atenas es un magnífico ejemplo del orden jónico.
- El Ornamentado Corintio
- Es el orden más tardío y elaborado de los tres. Su estructura básica es similar a la del jónico, pero se distingue claramente por su capitel. El capitel corintio es una profusión de hojas de acanto y pequeñas volutas, creando una apariencia suntuosa y vegetal. Aunque apareció a finales del siglo V a. C. (como en el Templo de Apolo Epicurio en Bassae), los templos completamente corintios son más característicos del período helenístico y, sobre todo, de la arquitectura romana, donde alcanzó gran popularidad. La leyenda atribuye su invención al escultor Calímaco, inspirado por un cesto cubierto de hojas de acanto. El Templo de Zeus Olímpico en Atenas es un ejemplo destacado, aunque completado en época romana.
Existe también un cuarto orden, el Compuesto, pero es una creación romana que combina elementos del jónico y corintio, y no se considera un orden griego original.
Más Allá del Culto: Función y Estructura del Templo
Contrario a la creencia popular moderna, los templos griegos no eran lugares de reunión para la congregación de fieles, como una iglesia actual. Su función principal era albergar la estatua de culto de la deidad a la que estaba dedicado el templo. Los rituales y sacrificios a menudo se realizaban en altares al aire libre, frente al templo.
La estructura básica de un templo griego consistía en una cella o naos, la sala central que contenía la estatua. Delante de la cella solía haber un pórtico delantero llamado pronaos. En algunos templos, especialmente los más grandes, podía haber también un pórtico trasero llamado opistodomos, a menudo simétrico al pronaos pero sin entrada a la cella, quizás utilizado para almacenar ofrendas o tesoros. Alrededor de la cella y los pórticos, la mayoría de los templos importantes estaban rodeados por una columnata, conocida como peristilo. La disposición de las columnas del peristilo variaba, dando lugar a diferentes tipologías de templos (períptero si tenía una fila de columnas alrededor, díptero si tenía dos, etc.). La cubierta era a dos aguas, formando frontones triangulares en los extremos, que a menudo estaban decorados con esculturas.

Ejemplos Emblemáticos
La antigua Grecia dejó un legado de templos impresionantes que aún hoy podemos admirar:
- El Partenón (Atenas): Quizás el más famoso, dedicado a Atenea Parthenos. Es un ejemplo cumbre del orden dórico, conocido por sus proporciones perfectas y sutiles correcciones ópticas.
- El Templo de Hera (Olimpia): Uno de los templos dóricos más antiguos que se conservan, mostrando las características más robustas y tempranas del orden.
- El Templo de Apolo (Delfos): Un importante santuario, sede del famoso oráculo. Aunque reconstruido varias veces, la estructura actual es principalmente del siglo IV a. C. y sigue el orden dórico.
- El Templo de Zeus Olímpico (Atenas): Un templo de enormes proporciones, iniciado en época griega pero completado por los romanos. Es un ejemplo destacado del orden corintio.
- El Templo de Erecteión (Atenas): Un templo jónico complejo, famoso por su Tribuna de las Cariátides, columnas con forma de figuras femeninas.
Estos y muchos otros templos dispersos por Grecia, el sur de Italia (Magna Grecia) y Asia Menor, dan testimonio de la habilidad y la visión artística de los arquitectos y artesanos griegos.
Un Legado Inmortal
La influencia de los templos griegos trascendió su propia civilización. Los romanos, grandes admiradores y a menudo imitadores de la cultura griega, adoptaron y adaptaron sus órdenes arquitectónicos y tipologías de templos, incorporando innovaciones como el arco y la bóveda. Posteriormente, durante el Renacimiento, hubo un redescubrimiento de la antigüedad clásica, y arquitectos como Palladio se inspiraron directamente en los principios y formas de los templos griegos y romanos.
El movimiento Neoclásico de los siglos XVIII y XIX fue otro momento clave en la revalorización de la arquitectura griega. Edificios públicos, museos y mansiones en Europa y América adoptaron fachadas con columnas, frontones y la simetría característica de los templos griegos, simbolizando la democracia, la razón y la belleza clásica. Hoy en día, aunque de forma menos directa, los principios de proporción, equilibrio y la propia idea de columna y entablamento siguen siendo fundamentales en la arquitectura.
En conclusión, la construcción de templos griegos fue un proceso evolutivo que abarcó muchos siglos, desde humildes estructuras de adobe y madera hasta las imponentes obras maestras de piedra y mármol del Período Clásico y Helenístico. Guiados por la búsqueda de la armonía y la devoción a sus dioses, los griegos desarrollaron un lenguaje arquitectónico basado en los órdenes dórico, jónico y corintio que no solo definió su paisaje urbano y religioso, sino que también dejó una huella imborrable en la historia de la arquitectura mundial. Estudiar estos templos es conectar con el corazón estético y espiritual de una de las civilizaciones más importantes de la antigüedad.
Preguntas Frecuentes sobre los Templos Griegos
¿Cuándo se empezaron a construir los templos griegos monumentales?
Las primeras estructuras que evolucionaron hacia templos aparecieron en los siglos IX-VIII a.C. Los templos monumentales en piedra comenzaron a desarrollarse en el Período Arcaico (800-500 a.C.), alcanzando su apogeo en el Período Clásico (500-323 a.C.).
¿Cuál era la función principal de un templo griego?
La función principal era albergar la estatua de la deidad a la que estaba dedicado. No eran lugares para congregaciones de fieles, ya que los rituales se realizaban generalmente al aire libre.

¿Cuáles son los principales órdenes arquitectónicos griegos?
Los tres órdenes principales son el Dórico, el Jónico y el Corintio, que se distinguen por la forma de sus columnas, capiteles y entablamentos.
¿De qué materiales estaban hechos los primeros templos griegos?
Inicialmente se construían con materiales perecederos como adobe y madera. Con el tiempo, se incorporó la piedra caliza y, posteriormente, el mármol y las tejas de terracota.
¿Qué es la cella en un templo griego?
La cella (o naos) es la sala interior principal del templo, donde se ubicaba la estatua de culto de la divinidad.
¿Qué es el peristilo?
El peristilo es la columnata exterior que rodea la cella y los pórticos de un templo, formando una galería cubierta.
¿Qué periodo se considera el apogeo de la construcción de templos griegos?
El Período Clásico (500-323 a.C.) es considerado el apogeo, produciendo obras maestras como el Partenón.
¿Por qué decayó la construcción de grandes templos griegos?
Decayó a partir del siglo III a.C. debido a cambios políticos, económicos y la creciente influencia romana, que eventualmente llevó a la adopción de estilos y prioridades constructivas romanas.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a Templos Griegos: Historia, Estilos y Belleza puedes visitar la categoría Arquitectura.