03/05/2022
Aunque hoy en día la construcción de viviendas se beneficia de la tecnología avanzada y una amplia variedad de materiales, permitiendo incluso la popularización de las casas prefabricadas, retroceder en el tiempo nos muestra un panorama muy diferente. En la Edad Media, la edificación de un hogar dependía fundamentalmente de los recursos disponibles en el entorno inmediato. Esta dependencia marcó profundamente los métodos y materiales utilizados, resultando en construcciones que, aunque rudimentarias para nuestros estándares, eran ingeniosas adaptaciones al medio y a las necesidades de la época.

Materiales: Un Reflejo del Entorno
La elección de los materiales para construir una casa medieval era un claro reflejo de la geografía. La disponibilidad de materiales locales era el factor determinante. En zonas boscosas, como los Pirineos en España, la madera era el elemento predominante. Se utilizaba para la estructura principal, los marcos e incluso a veces para las paredes. En contraste, en regiones más áridas o con menos árboles, como el sur de España, se recurría al adobe o el tapial, técnicas que empleaban barro y tierra.

Para los tabiques internos o el relleno de las paredes externas, se empleaban materiales muy diversos y a menudo sorprendentes para la mentalidad moderna. Una mezcla compuesta por barro húmedo, paja, pelo de vaca e incluso estiércol se aplicaba sobre un armazón de madera o ramas entrelazadas. Esta combinación, aunque humilde, proporcionaba cierto aislamiento y cohesión a la pared.
La madera utilizada para los armazones solía cortarse y trabajarse cuando aún estaba verde. Esto se hacía porque la madera fresca es más maleable y fácil de dar forma según las necesidades del diseño y la estructura. Una vez cortada y conformada, se dejaba secar en su posición final.
Con el paso de los siglos y el aumento de la riqueza en ciertas capas sociales, comenzaron a usarse materiales más duraderos. Las casas de los más pudientes en la Alta Edad Media a menudo se construían con piedra, lo que explica por qué muchas de ellas han llegado hasta nuestros días. En la Baja Edad Media, el ladrillo se volvió más común, aunque seguía siendo costoso. Las famosas casas con entramado de madera vistas en muchas ciudades europeas (a menudo llamadas estilo Tudor en Inglaterra) se popularizaron, combinando una estructura de madera visible con rellenos de otros materiales.
El Proceso Constructivo Medieval
A diferencia de la construcción in situ que podríamos imaginar, muchos de los elementos estructurales de una casa medieval, especialmente los armazones de madera, se preparaban con antelación. Estos se construían en el taller de un carpintero, donde se cortaban las vigas, se unían y se preparaban las secciones principales de la estructura. Una vez terminados, estos armazones se transportaban hasta el lugar donde se iba a erigir la nueva vivienda.
En el sitio de construcción, se levantaba primero la estructura principal de madera, a menudo sobre una base o plinto de piedra o ladrillo. Esta base elevada era crucial para proteger la parte inferior de la estructura de madera de la humedad del suelo, previniendo así la pudrición y prolongando la vida útil de la casa.
Una vez en pie el armazón, se procedía a rellenar los huecos entre las vigas. Esto se hacía tejiendo una red de ramas finas o cañas, una técnica conocida como mimbre o zarzo (la "wattle" en inglés). Sobre esta red se aplicaba la mezcla de barro, paja, pelo y estiércol (el "daub"). Esta técnica de wattle and daub era muy común para crear paredes ligeras y relativamente rápidas de construir.

Las paredes de adobe y tapial, por otro lado, se construían apilando capas de barro húmedo mezclado con paja, que se compactaban y se dejaban secar al sol. Este método creaba muros más gruesos y robustos, comunes en climas secos.
Viviendas según la Clase Social
La forma y el tamaño de una casa medieval estaban intrínsecamente ligados a la clase social y económica de sus habitantes. No existía un modelo único de "casa medieval".
Las viviendas de los campesinos eran las más sencillas y humildes. Generalmente, consistían en una única estancia multifuncional. Este espacio servía simultáneamente como cocina, salón, dormitorio y área de trabajo. En esta misma habitación se almacenaba la cosecha, los útiles de labranza e incluso, en muchos casos, se compartía el espacio con los animales domésticos para aprovechar su calor corporal durante las noches frías.
Los artesanos solían tener casas un poco más elaboradas. Su vivienda a menudo estaba integrada con su taller y, en las ciudades, incluso con una tienda o punto de venta al público en la parte delantera. Aunque el espacio habitable principal podía ser limitado, estas casas solían contar con un pequeño patio trasero. Este patio era un espacio versátil donde podían tener un pequeño huerto, un corral para aves, un pozo para obtener agua, un horno de pan o la indispensable letrina.
Las casas de los nobles y terratenientes eran, por supuesto, las más grandes y mejor construidas. En la Alta Edad Media, solían ser de piedra y podían tener solo una o dos habitaciones principales, como una sala con hogar central (la zona de estar principal) y quizás otra estancia para un horno. A pesar de ser grandes, a menudo eran oscuras y con poca ventilación, sin chimeneas (el humo salía por un agujero en el tejado) y con ventanas pequeñas, si las había.
En la Baja Edad Media, las casas de los nobles evolucionaron. Se volvieron más cómodas y complejas, construidas con ladrillo o en estilo de entramado de madera. Podían tener dos o más pisos, tejados de tejas, chimeneas para evacuar el humo y ventanas más grandes, a veces con vidrio. Los sirvientes a menudo dormían en las plantas superiores.
Estructura y Características Típicas
Más allá de las diferencias sociales, algunas características eran comunes o representativas de la época. La falta de compartimentación era notable en las casas más modestas; la vida familiar se desarrollaba en un espacio abierto. La iluminación interior era escasa, dependiente de pequeñas ventanas (a menudo sin vidrio, cubiertas con tela o cuero) y la luz del fuego del hogar o velas.

La presencia del hogar central era fundamental, no solo para cocinar sino también para calentar la vivienda. Sin chimeneas eficientes en las casas más antiguas, el ambiente interior podía ser bastante ahumado.
En las casas con patio, la disposición de elementos como el pozo, el horno o la letrina en el exterior era una forma práctica de gestionar estas funciones y, en el caso de la letrina, mantener la higiene (relativa) fuera del espacio habitable principal.
Desafíos y Soluciones Medievales
La construcción medieval con materiales orgánicos presentaba desafíos significativos. El uso extensivo de madera, paja y otros elementos combustibles hacía que el riesgo de incendio fuera constante y muy alto, especialmente con el uso de velas para la iluminación nocturna. Un fuego podía propagarse rápidamente y consumir una vivienda en poco tiempo.
Otro problema importante era la durabilidad, particularmente en climas húmedos. La madera en contacto directo con el suelo o expuesta constantemente a la humedad podía pudrirse, comprometiendo la estabilidad de la estructura. Como se mencionó, una solución común para mitigar esto era construir el armazón de madera sobre un plinto o base de piedra o ladrillo, elevándolo del suelo y protegiéndolo de la humedad ascendente.
Aunque este artículo se centra en las viviendas, es importante recordar que la Edad Media fue también una época de grandes construcciones, como las catedrales. La tecnología y el conocimiento arquitectónico para estas obras maestras se concentraban en los gremios de constructores, que guardaban celosamente sus técnicas. Si bien la construcción de una casa humilde no requería este nivel de organización, la figura del carpintero o el "albañil" (masón) como experto en su oficio era fundamental.
La Evolución y el Contexto Histórico
La Edad Media abarcó un milenio y, lógicamente, las técnicas constructivas y los estilos de vida no permanecieron estáticos. Eventos históricos como la Peste Negra a mediados del siglo XIV tuvieron un impacto inesperado en las viviendas campesinas. La drástica reducción de la población rural aumentó el valor del trabajo campesino, permitiendo a muchos negociar mejores condiciones y salarios. Con una incipiente mejora económica, algunos campesinos pudieron permitirse casas más grandes y mejor construidas, a menudo utilizando la técnica de wattle and daub, que ofrecía mayor protección que las chozas más primitivas de palos y paja.

Así, la historia de las casas medievales es una historia de adaptación, de aprovechamiento de recursos locales y de una clara distinción social reflejada en el hogar, evolucionando gradualmente a lo largo de los siglos.
Comparativa: Hogares Medievales
| Clase Social / Periodo | Materiales Típicos | Estructura / Habitaciones | Características Adicionales |
|---|---|---|---|
| Campesinos (Alta Edad Media) | Madera, paja, barro, estiércol. | Una sola estancia multiusos. | Compartida con animales, oscura, ahumada. |
| Artesanos | Similar a campesinos, a veces mejor calidad. | Casa + Taller + Tienda (posible). | Patio trasero con huerto, pozo, letrina. |
| Nobles (Alta Edad Media) | Piedra. | Una o dos estancias grandes. | Oscura, sin chimeneas, animales/cosecha en anexos. |
| Campesinos (Baja Edad Media) | Wattle and daub (entramado y barro). | Una o más estancias. | Algo más grandes y protegidas que antes. |
| Nobles (Baja Edad Media) | Ladrillo, entramado de madera. | Múltiples pisos y habitaciones. | Chimeneas, ventanas con vidrio, tejados de teja. |
Preguntas Frecuentes sobre Casas Medievales
¿Por qué no sobreviven muchas casas de campesinos medievales?
La mayoría de las casas de campesinos se construían con materiales perecederos como madera sin tratar, barro, paja y estiércol. Estos materiales se degradan con el tiempo debido a la humedad, insectos y la exposición a los elementos, a diferencia de las casas de piedra o ladrillo de los nobles o las grandes construcciones religiosas.
¿Qué es la técnica de "wattle and daub"?
Es un método de construcción de paredes muy común. Consiste en crear una red o entramado (wattle) tejiendo ramas flexibles o cañas entre postes de madera. Luego, esta estructura se recubre o "embadurna" (daub) con una mezcla plástica de barro húmedo, paja, pelo animal y, a veces, estiércol. Una vez seca, forma una pared relativamente sólida.
¿Todas las casas medievales eran oscuras y ahumadas?
No todas, aunque las más antiguas y humildes sí tendían a serlo. Las casas de los nobles en la Baja Edad Media, por ejemplo, comenzaron a incorporar chimeneas para evacuar el humo del hogar y ventanas más grandes, algunas incluso con vidrio, lo que mejoraba significativamente la iluminación y la calidad del aire interior.
¿Se utilizaban tejados de tejas en todas las casas?
Los tejados en la Edad Media variaban mucho. Las casas más sencillas solían tener tejados de paja o caña. Las tejas, especialmente de cerámica o pizarra, eran más caras y se reservaban generalmente para las casas de mayor estatus, edificios públicos o religiosos.
¿Construían ellos mismos sus casas?
Los campesinos a menudo construían sus propias casas con la ayuda de vecinos. Las casas más complejas, especialmente las de artesanos o nobles, requerían la habilidad de carpinteros, albañiles y otros artesanos especializados. Los armazones de madera, por ejemplo, se hacían en talleres.
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