¿Cuándo se construyó la casa de Correos?

El Correo Central de Bahía Blanca

16/05/2024

Valoración: 4.35 (1936 votos)

El Edificio de Correos y Telégrafos de Bahía Blanca no es solo una construcción más en el entramado urbano de la ciudad, sino un testigo mudo de la evolución de las comunicaciones en Argentina y un pilar fundamental del valioso patrimonio arquitectónico local. Se erige majestuoso, integrando un conjunto urbano de gran relevancia que define una manzana completa, flanqueado por otras edificaciones históricas de peso como el ex Banco Hipotecario Nacional, la Biblioteca Rivadavia, el Palacio de Tribunales, el ex Banco Español y el Banco Nación. Su presencia es un recordatorio constante de la importancia que tuvo y sigue teniendo la infraestructura para conectar a las personas y las regiones, adaptándose a los desafíos geográficos y tecnológicos a lo largo del tiempo.

¿Cuándo se construyó la casa de Correos?
El edificio fue construido por el arquitecto francés Jacques Marquet entre 1760 y 1768 en plena Puerta del Sol para ser sede central del servicio de Correos y lo hizo en el estilo barroco de la época.

La ubicación geográfica de Bahía Blanca, en un extremo de la Provincia de Buenos Aires, actuando históricamente como puerta de entrada al litoral marítimo patagónico y situada sobre la antigua frontera, representó durante mucho tiempo un desafío considerable para las comunicaciones. Antes de la llegada de medios más modernos, el intercambio de correspondencia y la transmisión de información se realizaban a través de rutas complejas y lentas. El transporte marítimo era una opción, pero dependía de las condiciones del mar y de la disponibilidad de embarcaciones. Las diligencias, por su parte, debían atravesar vastas y a menudo inhóspitas extensiones de territorio, haciendo que el envío de cartas o paquetes fuera una tarea que requería tiempo, esfuerzo y superación de obstáculos logísticos. Esta realidad de aislamiento relativo cambió radicalmente con la llegada del ferrocarril, que acortó distancias y tiempos de manera exponencial, transformando la dinámica de las comunicaciones y el transporte en la región.

Históricamente, el control de la correspondencia y, posteriormente, la gestión del telégrafo militar en Bahía Blanca, estaban centralizados desde la comandancia de la Fortaleza Protectora Argentina. Esta estructura reflejaba la importancia estratégica y militar de las comunicaciones en una zona de frontera. Sin embargo, hubo un lapso significativo entre 1833 y 1879 en el que la administración del correo recayó en manos de los jueces de paz. Esta descentralización temporal dio paso, más tarde, a la designación de un jefe a cargo por parte de la nueva Administración General de Correos, entidad creada en 1859 con el objetivo de modernizar y centralizar el servicio postal a nivel nacional. Este período de transición muestra la búsqueda constante de una organización más eficiente y adaptada a las crecientes necesidades de un país en expansión.

La consolidación de Bahía Blanca como un punto clave en la red de comunicaciones llevó a una decisión fundamental. En 1888, la ciudad fue designada cabecera de uno de los distritos de Correos y Telecomunicaciones en los que fue dividido el territorio argentino por ley nacional. Esta designación subrayó su importancia estratégica no solo a nivel local o regional, sino dentro de la estructura administrativa del Estado. Con el estatus de cabecera de distrito, la necesidad de contar con una sede propia, adecuada y representativa, se hizo imperativa. Hasta ese momento, las oficinas de correo habían ocupado distintos sitios en la ciudad, probablemente en espacios alquilados o adaptados que no ofrecían la infraestructura necesaria para una gestión eficiente y a gran escala. La idea de construir un edificio diseñado específicamente para las funciones postales y telegráficas comenzó a tomar forma.

El Proyecto y su Construcción

La decisión de erigir una sede propia se concretó a fines de 1919, un momento de gran auge para la obra pública en Argentina. El lugar elegido para la construcción tenía una carga histórica significativa: los terrenos del antiguo fuerte, que ya había sido demolido. La colocación de la piedra fundamental marcó el inicio formal de un proyecto ambicioso. El diseño del edificio no fue una iniciativa local, sino que provino directamente de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas de la Nación. Esta centralización en el diseño de edificios públicos importantes era común en la época, buscando asegurar estándares de calidad y representatividad a nivel nacional. El proyecto original llevaba la firma del arquitecto Juan Cornelio van Dorssen, un nombre asociado a varias obras de importancia en el país.

A pesar de contar con un proyecto definido y un arquitecto responsable, la construcción del edificio del Correo y Telégrafos de Bahía Blanca enfrentó demoras y sufrió modificaciones a lo largo de su ejecución. Los grandes proyectos de infraestructura a menudo están sujetos a imprevistos, cambios en los presupuestos, o ajustes en los diseños originales por diversas razones técnicas o funcionales. Estas circunstancias retrasaron el avance de la obra, posponiendo la fecha de su finalización. Finalmente, el imponente edificio fue inaugurado en el año 1928, casi una década después de la colocación de su piedra fundamental. Esta fecha marcó un hito para la ciudad y para el servicio postal y telegráfico, dotándolos de una sede permanente y de gran envergadura.

Características Arquitectónicas

El edificio del Correo de Bahía Blanca exhibe una arquitectura que refleja el estilo y la monumentalidad típicos de los edificios públicos construidos en Argentina a principios del siglo XX. Su frente principal se caracteriza por ser simétrico, un rasgo distintivo de los estilos clásicos y académicos. Esta fachada principal cuenta con un doble ingreso de público, diseñado para facilitar el flujo de personas y diferenciar las distintas áreas de servicio. Estos accesos están realzados por imponentes pórticos coronados por frontis, elementos arquitectónicos que remiten a la arquitectura grecorromana y confieren al edificio un aire de solemnidad e importancia institucional.

Más allá de la fachada principal, el diseño del edificio también contempló aspectos funcionales cruciales para una oficina de correos de gran volumen. Para resolver eficientemente las circulaciones de distribución interna y la logística del manejo de la correspondencia y los paquetes, se dispusieron entradas adicionales sobre ambas calles que delimitan la manzana: Moreno y Vicente López. Estas entradas laterales permitían separar el acceso del público de las áreas de carga, descarga y clasificación, optimizando así las operaciones diarias del servicio.

Uno de los espacios más notables y representativos del edificio es, sin duda, su hall público. Al ingresar, el visitante se encuentra con un ambiente imponente y amplio, diseñado para recibir a un gran número de personas. Este vasto espacio está definido por una serie de columnatas dóricas, un elemento clásico que aporta una sensación de solidez y elegancia. Las columnas, de orden dórico, son simples pero robustas, contribuyendo a la atmósfera monumental del hall. La descripción menciona que el mobiliario del hall era de "excelente factura", lo que sugiere que cada detalle fue cuidadosamente seleccionado para complementar la calidad arquitectónica del espacio, creando un ambiente que inspiraba confianza y eficiencia en los servicios que allí se brindaban.

Valor Patrimonial

El Edificio de Correos y Telégrafos no se concibe de forma aislada, sino como parte integral de un conjunto urbano de gran valor patrimonial en Bahía Blanca. Su diseño y escala armonizan con las edificaciones vecinas, muchas de ellas también importantes ejemplos de la arquitectura institucional de la época. La manzana completa, delimitada por la Avenida Colón y las calles Estomba, Moreno y Vicente López, constituye un polo histórico y arquitectónico de la ciudad, donde cada edificio contribuye a la riqueza visual y cultural del entorno. La coexistencia de estructuras como el ex Banco Hipotecario, la Biblioteca Rivadavia, el Palacio de Tribunales y otros, crea un paisaje urbano coherente que narra parte de la historia de la ciudad y del país.

Dada su relevancia histórica, arquitectónica y urbana, el Edificio de Correos y Telégrafos de Bahía Blanca ha sido objeto de reconocimiento oficial. Fue declarado Monumento Histórico Nacional mediante el Decreto N° 1.110/1997. Esta declaratoria no solo protege el edificio de alteraciones que puedan desvirtuar su valor, sino que también subraya su importancia a nivel nacional como parte del legado cultural y arquitectónico de Argentina. Ser un Monumento Histórico Nacional implica un compromiso con su preservación y difusión, asegurando que las futuras generaciones puedan apreciar su belleza y comprender su significado en la historia de las comunicaciones del país.

Preguntas Frecuentes

  • ¿Quién fue el arquitecto del Edificio del Correo de Bahía Blanca?

    El proyecto original del edificio fue diseñado por el arquitecto Juan Cornelio van Dorssen, bajo la órbita de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas de la Nación.

  • ¿Cuándo se construyó el edificio?

    La piedra fundamental fue colocada a fines de 1919, pero la construcción sufrió demoras y modificaciones. El edificio fue finalmente inaugurado en 1928.

  • ¿Dónde se ubica el edificio del Correo y Telégrafos en Bahía Blanca?

    Se encuentra en la manzana definida por la Avenida Colón y las calles Estomba, Moreno y Vicente López, específicamente con direcciones en Moreno 34 y Vicente López.

  • ¿Por qué es importante este edificio?

    Es importante por su valor arquitectónico y patrimonial, por ser un hito en la historia de las comunicaciones de Bahía Blanca y Argentina, y por formar parte de un conjunto urbano histórico relevante. Ha sido declarado Monumento Histórico Nacional.

  • ¿Qué características arquitectónicas destacan en el edificio?

    Sobresalen su frente simétrico con doble ingreso y pórticos con frontis, las entradas funcionales sobre las calles laterales, y especialmente el imponente y amplio hall público con sus columnatas dóricas.

En conclusión, el Edificio de Correos y Telégrafos de Bahía Blanca, obra del arquitecto Juan Cornelio van Dorssen e inaugurado en 1928, representa mucho más que una simple oficina postal. Es un emblema de la superación de las barreras geográficas mediante la tecnología y la infraestructura, un magnífico ejemplo de la arquitectura institucional de su tiempo, y un componente esencial del paisaje histórico de la ciudad. Su declaración como Monumento Histórico Nacional reconoce su valor incalculable para la memoria colectiva y el patrimonio cultural de Argentina, asegurando que su historia y su belleza, con sus características como las columnatas dóricas de su hall, perduren para inspirar a futuras generaciones.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a El Correo Central de Bahía Blanca puedes visitar la categoría Vivienda.

Subir