Guaymallén: Historia y Presente del Gigante

El departamento de Guaymallén, hoy conocido como el más poblado de la provincia de Mendoza y un pilar fundamental en su economía y desarrollo, tiene una historia que se entrelaza profundamente con los orígenes mismos de la región. Su nombre, cargado de significado ancestral, nos transporta a tiempos previos a la llegada de los conquistadores españoles, revelando la importancia del territorio para sus habitantes originales.

Para comprender la génesis de Guaymallén, es imprescindible remontarse al año 1561, un hito crucial en la historia mendocina. Fue en ese año cuando el capitán español Pedro del Castillo llevó a cabo la fundación de la provincia de Mendoza. Sin embargo, este acto no fue una simple imposición, sino que requirió un acuerdo vital con el cacique huarpe Hernando Goaymaye. Los Huarpes, pobladores originarios de la zona, habitaban lo que hoy se conoce como el Área Fundacional de Mendoza. La mayor concentración de población Huarpe en aquel entonces se encontraba precisamente en los territorios que hoy conforman los distritos de Pedro Molina y San José dentro del actual Guaymallén. Este pacto inicial subraya la presencia e influencia indígena en la configuración temprana del asentamiento.

Del Asentamiento Huarpe al Suburbio Mendocino

El casco fundacional establecido por los españoles abarcaba un área de cinco por cinco manzanas, ubicada en el noroeste del actual distrito de Pedro Molina. Este núcleo inicial se asentó sobre tierras que los Huarpes ya cultivaban y valoraban. El propio nombre del departamento, Guay-mayén, tiene un origen huarpe y significa «tierra de ciénagas, vegas o bañados». Este significado etimológico no es casual; refleja la característica geográfica fundamental de la zona en aquel entonces: un territorio rico en recursos hídricos, moldeado por los brazos del río Mendoza y vastas extensiones de humedales. Esta naturaleza acuática y fértil sentó las bases de lo que siglos después sería una zona agrícola y productiva clave.

Durante un largo período, desde la fundación de Mendoza en 1561 hasta la creación del Virreinato del Río de La Plata en 1776, Guaymallén no existía como entidad administrativa independiente. Figuraba simplemente como un suburbio de la Ciudad de Mendoza. Dependía, en el entramado colonial, de la Capitanía General de Chile y, en última instancia, del vasto Virreinato del Perú. A pesar de no tener autonomía, la zona fue creciendo. Para la segunda mitad del siglo XVIII, ya era posible distinguir núcleos poblacionales que, aunque sin sus nombres actuales, corresponden a los modernos distritos de San José y Dorrego. La importancia creciente de estos asentamientos se evidencia en la instalación del primer hospital de Mendoza, el llamado «de los Betlehemitas», que se ubicó en San José en el año 1764.

El Nacimiento Formal del Departamento

El constante crecimiento poblacional de Mendoza, concentrado en núcleos claramente definidos por los sistemas de riego, hizo patente la necesidad de una organización administrativa que fuera independiente de la capital. Las distancias, las particularidades productivas y la densidad demográfica en áreas como la de San José demandaban una gestión propia.

Este proceso culminó el 14 de mayo de 1858. En esa fecha histórica, durante el gobierno de Cornelio Moyano, se firmó el decreto fundamental que formalizó la creación del departamento. El texto del decreto establecía: «El territorio de San José se llamará en lo sucesivo Departamento de Guaymallén y tendrá por cabecera aquel barrio, bajo la denominación de Villa de Guaymallén». Este acto marcó el inicio de Guaymallén como una entidad política y administrativa diferenciada, sentando las bases de su desarrollo futuro.

La configuración territorial del departamento continuaría evolucionando con el tiempo. Un paso importante fue la creación del Departamento de Campaña de Guaymallén, cuya cabecera se mantenía en San José, y que se subdividió en tres distritos. Paralelamente, surgió y cobró fuerza la «Nueva Villa», ubicada a la vera del Carril Nacional Bandera de Los Andes. Esta nueva área se convirtió rápidamente en un polo de atracción social, cultural y comercial. Su dinamismo la llevó a ser elegida como sede del Ejecutivo Comunal de Guaymallén en 1895, adoptando el nombre de «Nueva Villa de Guaymallén» y consolidando su rol central en el departamento.

Expansión, Infraestructura y Vocación Productiva

La llegada del siglo XX encontró a Guaymallén afianzando su posición estratégica. Su cercanía a la Ciudad de Mendoza y su ubicación en las principales rutas de conexión la convirtieron en un nexo clave hacia la capital nacional y otras provincias. Este rol se vio reforzado con el establecimiento de ciudades-postas a lo largo de las vías de comunicación, como Rodeo de la Cruz, Kilómetro 8 y Kilómetro 11, que actuaban como puntos de parada y desarrollo.

Un avance de infraestructura fundamental fue la construcción de la Avenida de Acceso Este, iniciada en la década de 1940. Esta vía se convertiría en la principal arteria de conexión entre Guaymallén, la Ciudad de Mendoza y el este provincial, facilitando el transporte y el comercio, y potenciando el desarrollo urbano y productivo a su alrededor.

La vocación productiva de Guaymallén, sugerida ya por el significado de su nombre, encontró en la industria vitivinícola uno de sus pilares fundamentales. La gran ventaja que ofrecía el departamento respecto a otras zonas vitivinícolas era su proximidad a la Ciudad de Mendoza. Esta cercanía no solo lo configuró como un área residencial y de servicios para quienes trabajaban en la capital, sino que también facilitó la logística entre los viñedos y las bodegas, muchas de las cuales se instalaron en su territorio. El desarrollo del ferrocarril fue otro factor crucial que impulsó la industria del vino. Con el apoyo estatal, el tren permitió que el vino mendocino llegara de manera más rápida y eficiente a los grandes centros consumidores del país, como Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, San Luis y Tucumán, consolidando a Guaymallén como parte vital de la cadena productiva.

La segunda mitad del siglo XX fue testigo de un notable incremento demográfico en Guaymallén. El departamento experimentó uno de los mayores crecimientos poblacionales de la provincia, transformando su paisaje y aumentando la complejidad de su entramado social y urbano. Esta explosión demográfica consolidó su posición como el departamento más habitado de Mendoza.

Guaymallén en la Actualidad: Diversidad y Dinamismo

Hoy, Guaymallén es un territorio de contrastes y dinamismo. Siendo el departamento con mayor cantidad de habitantes de Mendoza, presenta una complejidad única, abarcando áreas residenciales netamente urbanas, zonas semirurales y extensas superficies dedicadas a la agricultura. Su vasto territorio se divide en 21 distritos, cada uno con sus propias características e identidad:

• Belgrano
• Buena Nueva
• Capilla del Rosario
• Colonia Molina
• Colonia Segovia
• Dorrego
• El Bermejo
• El Sauce
• Jesús Nazareno
• Kilómetro 8
• Kilómetro 11
• Las Cañas
• Los Corralitos
• La Primavera
• Nueva Ciudad
• Pedro Molina
• Puente de Hierro
• Rodeo de la Cruz
• San Francisco del Monte
• San José
• Villa Nueva

La conectividad es uno de los puntos fuertes de Guaymallén. Varias rutas nacionales de vital importancia atraviesan y estructuran su red vial, facilitando el tránsito y el comercio. El Acceso Sur (Ruta Nacional 40) lo conecta con el sur provincial y la Patagonia. El Acceso Este (Ruta Nacional 7) lo cruza de este a oeste, siendo la principal vía de ingreso a la Ciudad de Mendoza y de egreso hacia Buenos Aires y el centro del país. El Acceso Norte, por su parte, lo vincula con San Juan y el norte argentino. Esta ubicación privilegiada, inmersa en el núcleo urbano del Gran Mendoza, ha sido clave para su desarrollo.

Pilares Económicos: Más Allá de la Vid

La ubicación estratégica de Guaymallén ha impulsado el desarrollo de una gran diversidad de industrias y actividades económicas. Además de su histórica ligazón con la Vitivinicultura, el departamento alberga importantes sectores como la construcción, el transporte, la agroindustria, la metalmecánica y una variada oferta de servicios y comercio. La década de los noventa marcó la llegada de grandes cadenas de hipermercados, dos modernos shoppings y hoteles, consolidando a Guaymallén como un importante centro de abastecimiento y servicios para toda el área metropolitana de Mendoza.

Dentro de la agroindustria, Guaymallén destaca por su rol fundamental en la producción de espumantes. Es sede de más de 15 establecimientos elaboradores, con una producción anual que supera los 10 millones de botellas. Pero su contribución al sector primario no se limita a la vid. Es líder en la Región Cuyana y forma parte del segundo cinturón verde del país en la producción de verduras y hortalizas. Un producto ícono departamental es el camote (batata), reconocido y certificado por su excepcional calidad, destacándose por su consistencia, sabor y cremosidad. La innovación también está presente con cultivos hidropónicos y aeropónicos, que ofrecen una propuesta única en verduras gourmet.

La floricultura es otra actividad relevante, representando el 30% de la producción provincial, con especies como claveles, montoneras, crisantemos y astromelias. Asimismo, cuenta con aproximadamente 800 hectáreas cultivadas de olivos, que resultan en una producción significativa de aceitunas y aceite de oliva anuales.

Guaymallén: Capital del Espumante

La historia del vino espumante en Argentina tiene un capítulo fundamental escrito en Guaymallén. Fue precisamente en este departamento donde se elaboró el primer espumante del país, en el año 1902. Este logro se concretó en la actual bodega Santa Ana, gracias a la visión y el espíritu pionero del inmigrante alemán Carlos Kalles, fundador del establecimiento.

Otro nombre clave en esta historia es el de Luis Tirasso. Aunque no fundó la bodega Santa Ana al llegar a Mendoza, su participación fue decisiva. El inmigrante italiano se asoció con Kalles en 1908 para expandir la comercialización de los vinos de la bodega en importantes centros como Buenos Aires, Uruguay, Brasil y Paraguay. El éxito comercial de Tirasso en la Capital Federal facilitó esta alianza. Posteriormente, en 1910, Luis Tirasso adquirió las acciones de Kalles y asumió la dirección de Bodega Santa Ana, continuando e impulsando la elaboración de espumantes.

Reconociendo esta rica tradición y la importancia actual del departamento en la producción de burbujas, Guaymallén fue declarado Capital del Espumante Argentino en el año 2014. Esta distinción ha impulsado iniciativas para promover el sector, como el evento «Burbujas y Sabores», lanzado en 2016. Este tipo de encuentros, que reúnen a las principales bodegas y a establecimientos gastronómicos, han abierto un camino para el desarrollo del enoturismo en el departamento, atrayendo visitantes interesados en conocer la producción y degustar los espumantes locales.

Geografía y Medio Ambiente

El departamento de Guaymallén se caracteriza por su relieve predominantemente plano, con una suave pendiente que desciende de suroeste a noreste. Con una extensión de 164 km2, es uno de los departamentos más pequeños de la provincia, solo superado en superficie por Godoy Cruz y Capital. Representa apenas el 0,11% del territorio total mendocino.

Desde el punto de vista de la fitogeografía, el paisaje original ha experimentado una profunda transformación. Hasta finales del siglo XIX, una extensa serie de pantanos y bañados acompañaban el curso del río Mendoza, formando un complejo lacustre desde Barrancas (Maipú) hasta Jocolí (Lavalle), que incluía gran parte del territorio de Guaymallén. Estos humedales, ricos en flora como carrizo, cortadera, junquillos y totora, desaparecieron a principios del siglo XX debido a la incorporación de nuevas tierras a la agricultura y la desecación del complejo lacustre. En las zonas aledañas con suelos salinos, existían comunidades halófilas con especies adaptadas a esas condiciones.

En cuanto a la hidrografía, Guaymallén no posee grandes ríos en la actualidad. Históricamente, estuvo recorrido por distintos brazos del río Mendoza que, al retirarse hacia el este, dejaron atrás los cuerpos lacustres mencionados. Hoy en día, el Canal Zanjón Cacique Guaymallén, un antiguo brazo del río utilizado por los Huarpes y que recorre el límite oeste y norte del departamento, funciona como un canal principal de descarga y distribución de agua para riego en gran parte del norte provincial. Otros arroyos como el Leyes, Negro, Sauce y Corralitos también atraviesan su territorio. Un desafío ambiental importante es la situación del Canal Pescara, que cruza el departamento de sur a norte y con el tiempo se ha convertido en receptor de desagües industriales, requiriendo sistemas de saneamiento para mitigar la contaminación del agua de riego, suelos y acuíferos.

El clima de Guaymallén, al no contar con estación meteorológica propia, puede estimarse a partir de los datos del Observatorio Regional de Mendoza. Presenta temperaturas extremas significativas, con máximas absolutas que pueden superar los 42°C y mínimas absolutas que rondan los 5°C, con una temperatura media anual de alrededor de 16°C. Las precipitaciones son escasas, promediando unos 200 mm anuales. Los vientos predominantes provienen del oeste y sudoeste, aunque los del noroeste, asociados al fenómeno del Zonda, alcanzan mayores velocidades medias.

La Heráldica Departamental: Símbolos de Identidad

El escudo de Guaymallén es un emblema cargado de simbolismo que resume parte de su historia y su identidad. Tiene forma de cuadrilongo con la base en ángulo y una filiera de azur celeste. En el centro, sobre un campo de oro, se cruzan dos flechas en sotuer, cargadas con cuatro hojas de distinta forma en cada ángulo. Estas flechas y hojas representan el asentamiento de los indígenas Huarpes en el territorio.

Coronando el escudo, se alzan cinco plumas: las externas de gules (rojo), las medianas de azur celeste (azul claro) y la central de oro (amarillo). Estas cinco plumas simbolizan a los cinco príncipes o caciques indios que, según la tradición, recibieron a Don Pedro del Castillo en 1561: Guaymaré, Tobar, Allayme, Tabalqué y Coyunta. Por encima de las plumas, un lema toponímico en letras negras. A los lados, lambrequines negros que terminan en una flor y se unen por una divisa negra en la base. En esta divisa, se inscribe un grito en latín en letras doradas: «Semper Ascendi», que significa «En Ascenso Siempre». Este lema refleja la aspiración de progreso y desarrollo constante del departamento. El botón dorado en el ángulo inferior completa la composición.

Preguntas Frecuentes sobre Guaymallén

¿Quién fundó Guaymallén como departamento?
Guaymallén fue formalmente creado como departamento el 14 de mayo de 1858 mediante un decreto firmado durante el gobierno de Cornelio Moyano. Anteriormente, era un suburbio de la Ciudad de Mendoza, fundada por Pedro del Castillo.

¿Qué significa el nombre «Guaymallén»?
El nombre proviene de la lengua huarpe y significa «tierra de ciénagas, vegas o bañados», haciendo referencia a las características geográficas de la zona antes de su transformación por la agricultura y urbanización.

¿Es Guaymallén la Capital del Espumante?
Sí, Guaymallén fue declarado Capital del Espumante Argentino en 2014, reconociendo su rol histórico y actual en la producción de este tipo de vino, con bodegas pioneras como Santa Ana.

¿Cuál es la importancia económica de Guaymallén?
Es uno de los departamentos más importantes económicamente de Mendoza. Destaca en Vitivinicultura (especialmente espumantes), agroindustria (hortalizas, camote, olivos, floricultura), construcción, transporte, metalmecánica, comercio y servicios (shoppings, hipermercados).

¿Qué productos agrícolas son característicos de Guaymallén?
Además de la vid para espumantes y vinos, es líder en la producción de hortalizas (parte del segundo cinturón verde del país), camote (producto ícono), olivos y aceitunas, y floricultura.

¿Cuál es la superficie y los límites de Guaymallén?
Guaymallén tiene una superficie de 164 km2. Limita al norte con Las Heras y Lavalle, al este con Capital y Godoy Cruz, al sudoeste con Godoy Cruz, y al sur y este con Maipú.

Conclusión

La historia de Guaymallén es un reflejo de la propia evolución de Mendoza, desde sus raíces indígenas y coloniales hasta su consolidación como una metrópolis dinámica y productiva. Su transformación de «tierra de ciénagas» en un pujante centro urbano y agrícola, con una destacada participación en la industria del vino y siendo reconocida como Capital del Espumante, demuestra su capacidad de adaptación y crecimiento. Con su gran población, diversidad económica y estratégica ubicación, Guaymallén continúa desempeñando un papel vital en el presente y futuro de la provincia de Mendoza, honrando su pasado mientras mira «En Ascenso Siempre», tal como reza su lema.

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