18/08/2024
Los residuos de construcción y demolición, conocidos como RCD, son un subproducto inevitable en cualquier proyecto de obra, reforma, rehabilitación o derribo. Ya sea hormigón, ladrillos, metal o yeso, la correcta gestión de estos materiales es fundamental no solo para cumplir con la ley, sino también para garantizar la eficiencia de tu proyecto y minimizar el impacto ambiental. Estar preparado para su retirada antes de que comience la obra es crucial, y el primer paso es saber cuánto material de desecho se generará.

Calcular la cantidad estimada de RCD te permite planificar mejor la logística de retirada, estimar los costes asociados, determinar el tipo de maquinaria necesaria y, en definitiva, agilizar el proceso para poder iniciar la siguiente fase de tu proyecto lo antes posible. Aunque no proporciona una cifra exacta, una estimación fiable es una herramienta poderosa para una gestión de residuos eficaz.
¿Por Qué Calcular los Residuos de Demolición?
Realizar una estimación de los residuos que se producirán en una obra de construcción o demolición es un paso esencial por varias razones. Primero, te permite anticipar el volumen de material a retirar y contactar con antelación a empresas especializadas en la recogida y gestión de RCD. Conocer la cantidad aproximada también te da una idea del tipo y tamaño de los contenedores necesarios y de la maquinaria que podrías requerir en la obra para mover el material.
Una planificación adecuada de la gestión de residuos, que comienza con el cálculo del volumen, es clave para evitar retrasos. Cuanto antes se retiren los escombros del lugar de trabajo, antes podrás continuar con las siguientes etapas de la construcción. Por lo tanto, tener una estimación general de cuánto residuo se generará es de suma importancia para la eficiencia global del proyecto.
La Fórmula para Estimar Residuos de Demolición
Calcular el volumen de residuos de demolición se puede realizar utilizando una fórmula sencilla que proporciona una estimación fiable. Esta fórmula se basa en las dimensiones del área a demoler y aplica un factor de corrección para tener en cuenta el espacio vacío dentro de la estructura.
La fórmula es la siguiente:
Largo (pies) x Ancho (pies) x Alto (pies) x ⅓ / 27
Esta fórmula multiplica las dimensiones del área en pies para obtener el volumen total en pies cúbicos. Luego, multiplica por un tercio (⅓) para estimar la cantidad de material sólido (descontando el espacio aéreo) y finalmente divide por 27 para convertir la unidad de medida de pies cúbicos a yardas cúbicas, ya que los residuos de construcción se miden con frecuencia en yardas cúbicas en algunos contextos, o simplemente para obtener una unidad de volumen más manejable para grandes cantidades. En el sistema métrico, el principio sería similar, calculando el volumen en metros cúbicos y aplicando el factor de ⅓.
Pasos para Calcular la Estimación de Residuos
Siguiendo la fórmula, podemos desglosar el proceso de cálculo en tres pasos principales:
1. Calcular el Tamaño del Área
El primer paso es determinar el volumen total del área que será demolida. Esto se logra multiplicando el largo, el ancho y la altura de la estructura en pies (o metros, si trabajas en el sistema métrico). El resultado será el volumen total en pies cúbicos (o metros cúbicos).
Puedes medir el área manualmente, aunque para estructuras grandes esto puede ser tedioso e impreciso. Una opción mucho más recomendable y precisa es consultar los planos o las estructuras del edificio, que deberían contener las medidas exactas que necesitas.
2. Considerar el Espacio Aéreo
Una vez que tienes el volumen total del área, el siguiente paso es multiplicarlo por ⅓. ¿Por qué un tercio? Porque no todo el volumen de un edificio está compuesto por material sólido de construcción. Una parte significativa es espacio vacío (aire). Se estima que, de forma general, solo alrededor de un tercio del volumen total de un edificio es material de construcción real. Multiplicar por ⅓ te da una estimación del volumen de material sólido presente en pies cúbicos.
3. Convertir a Yardas Cúbicas (o Mantener en Metros Cúbicos)
El paso final, si necesitas la medida en yardas cúbicas (común en algunos países para la gestión de residuos), es dividir el volumen de material sólido en pies cúbicos (obtenido en el paso anterior) por 27. Esto se debe a que 1 yarda cúbica equivale a 27 pies cúbicos. Esta conversión facilita la medición y la gestión de grandes volúmenes de escombros.
Si trabajas en el sistema métrico, el resultado del paso 2 ya estará en metros cúbicos, que es la unidad de medida estándar para grandes volúmenes de residuos en la mayoría de los países hispanohablantes. Por lo tanto, la división por 27 no sería necesaria; la fórmula simplificada en metros cúbicos sería: Largo (m) x Ancho (m) x Alto (m) x ⅓.

Es fundamental recordar que este método proporciona una estimación. La cantidad real de residuos puede variar dependiendo del tipo de construcción, los materiales específicos utilizados y la forma en que se realiza la demolición.
¿Qué Son los Residuos de Construcción y Demolición (RCD)?
Los Residuos de Construcción y Demolición (RCD) son todos aquellos desechos que se generan durante las fases de construcción, rehabilitación, reforma, demolición, extracción o excavación de una obra. Su composición es muy variada y puede incluir una amplia gama de materiales.
Entre los componentes más comunes de los RCD se encuentran los ladrillos, el hormigón, la piedra, la arena, la grava, materiales cerámicos como azulejos y tejas, metal (hierro, acero), madera, vidrio, plástico, yeso, asfalto y, ocasionalmente, otros tipos de residuos.
Estos residuos se clasifican generalmente en tres categorías principales según su naturaleza: inertes, no peligrosos y peligrosos. La composición típica de los RCD puede variar, pero se estima que a menudo incluyen una proporción significativa de materiales cerámicos y hormigón, con un porcentaje menor de otros materiales y una pequeña fracción considerada peligrosa.
Clasificación de los RCD
La correcta clasificación de los RCD es esencial para su adecuada gestión, tratamiento y reciclaje. Los residuos se pueden separar en la propia obra o transportarlos a una planta especializada para su clasificación posterior. Existen dos formas principales de clasificar los RCD:
Clasificación Según su Origen
Esta clasificación se basa en la actividad que genera el residuo:
Residuos Procedentes de la Extracción o Movimientos de Tierra
Son aquellos generados por la obtención de áridos o movimientos de tierra sin la presencia de elementos constructivos. Suelen ser residuos limpios, de origen natural o pétreo, sin contaminación.
Residuos de Construcción
Provienen de obras nuevas, reformas o rehabilitaciones. Están compuestos principalmente por escombros (hormigón, cerámicos, materiales rotos) que constituyen la mayor parte (aproximadamente el 75%), y el resto (alrededor del 25%) incluye otros materiales como vidrio, madera, papel y residuos que pueden ser más peligrosos (pinturas, disolventes).
Residuos de Demolición
Son similares a los de construcción, pero generados por el derribo de estructuras. La principal diferencia radica en que, en la demolición, la mezcla de materiales (ladrillos, yeso, hierro, hormigón) hace que la separación y clasificación in situ sea más compleja.
Clasificación Según su Naturaleza
Esta clasificación es fundamental para determinar el tratamiento y destino final de los residuos:
Residuos Inertes
Son aquellos que no presentan riesgos significativos para la salud humana ni para el medio ambiente. No experimentan transformaciones físicas, químicas o biológicas importantes, no son solubles, combustibles, biodegradables ni reaccionan negativamente al entrar en contacto con otras materias. Constituyen la mayor parte de los RCD. Ejemplos: hormigón, ladrillos, tejas, vidrio.
Residuos Peligrosos (Tóxicos)
Son aquellos que sí representan un peligro para la salud y el medio ambiente debido a sus características. Su gestión está estrictamente regulada. Es crucial separarlos en la obra para evitar la contaminación de los residuos inertes. Ejemplos: pinturas, disolventes, aceites, amianto (asbesto).
Residuos No Peligrosos
No son peligrosos en sí mismos, pero su transformación puede generar sustancias perjudiciales. Incluyen materiales que no son inertes ni peligrosos. Ejemplos: papel, cartón, plásticos, madera no tratada, yeso.

Gestión y Disposición de los RCD
La gestión adecuada de los RCD es una obligación legal y ambiental. Los responsables de esta gestión son las empresas o particulares que ejecutan la obra o demolición. La legislación establece que los residuos deben ser recogidos selectivamente y depositados en lugares autorizados.
Contenedores para RCD
La forma más común de gestionar grandes volúmenes de RCD es mediante el uso de contenedores especiales (volquetes) que se colocan en la vía pública o en el interior de la obra. La solicitud de estos contenedores requiere generalmente una licencia de obras o una comunicación previa. Es importante ubicar el contenedor de manera que afecte lo mínimo posible el tránsito y cumpla con las normativas locales.
Los contenedores deben estar debidamente identificados, y al final de la jornada, es recomendable cubrirlos para evitar la entrada de polvo, que terceros depositen otros tipos de residuos (lo que dificultaría el reciclaje) y la caída de materiales. Los escombros no deben sobrepasar el borde superior del contenedor. Una vez lleno, el responsable debe notificar a la empresa gestora para su retirada y, si es necesario, su sustitución por otro contenedor.
Puntos Limpios
Para pequeñas cantidades de RCD generados en reformas domésticas menores, los particulares pueden depositarlos en los puntos limpios municipales. Sin embargo, existen limitaciones en la cantidad permitida (generalmente un máximo de 60 kilos por persona y día) y los puntos limpios no aceptan residuos de origen industrial o grandes volúmenes. Es fundamental consultar las normas específicas de cada punto limpio.
El Proceso de Reciclaje de RCD
Las empresas especializadas recogen los contenedores de RCD y los transportan a plantas de reciclaje autorizadas. En estas plantas, los residuos pasan por varias fases para su valorización:
- Separación Inicial: Los RCD se separan groseramente por volumen, materiales y densidad.
- Separación Magnética: Potentes imanes atraen y separan los restos férricos (metales).
- Clasificación Manual: Operarios especializados inspeccionan los materiales restantes y los separan en diferentes categorías (hormigón, ladrillos, cerámicos, plásticos, madera, etc.).
- Trituración: Los materiales separados, especialmente los pétreos como hormigón y ladrillos, se trituran a diferentes tamaños según su futuro uso.
El reciclaje de escombros permite obtener materiales reciclados de alta calidad que pueden ser utilizados nuevamente en la construcción, por ejemplo, como áridos reciclados para bases de carreteras, rellenos o incluso en la fabricación de nuevo hormigón. Este proceso es fundamental para la sostenibilidad en el sector de la construcción.
Marco Legal: Productor y Poseedor de RCD
La legislación, como la Ley 7/2022 en España, establece claramente las responsabilidades en la gestión de RCD:
Productor de RCD
Es la persona física o jurídica titular de la licencia urbanística de la obra de construcción o demolición. Si no hay licencia, es el propietario del inmueble. También incluye a quienes modifican la composición de los residuos o los importan.
Obligaciones del Productor:
- Incluir un estudio de gestión de residuos en el proyecto.
- Cumplir la normativa local.
- Garantizar que los residuos se entregan a instalaciones autorizadas para su valorización.
Poseedor de RCD
Es la persona física o jurídica que ejecuta la obra (contratista, subcontratista) pero no está registrada como gestor de residuos.
Obligaciones del Poseedor:
- Presentar un plan de gestión de RCD aprobado.
- Separar los residuos en la obra según la ley (madera, fracciones minerales, metales, vidrio, plástico, yeso).
- No mezclar residuos peligrosos (como el amianto).
- Notificar si se generan más de 1000 toneladas al año.
- Entregar los residuos a gestores autorizados.
- Asumir los costes de la gestión y obtener la documentación acreditativa.
Impacto Ambiental de una Mala Gestión de RCD
Aunque muchos RCD son inertes, su volumen masivo y una gestión inadecuada generan importantes problemas ambientales. El impacto visual y paisajístico de los vertidos incontrolados (escombreras ilegales) es evidente. Además, incluso los materiales inertes pueden causar contaminación si se vierten en lugares no autorizados, afectando el suelo y el agua.
La falta de reciclaje implica un desperdicio de recursos valiosos y aumenta la necesidad de extraer nuevas materias primas, con el consiguiente impacto ambiental de la minería y la cantería. Una gestión responsable de los RCD es clave para avanzar hacia una economía circular en la construcción.
Plan de Gestión de Residuos de Construcción y Demolición
El Plan de Gestión de RCD es un documento técnico que detalla cómo se van a manejar los residuos generados en una obra, desde su producción hasta su destino final. Es obligatorio en muchos casos y debe ser aprobado por la dirección facultativa de la obra.

Elementos clave del Plan de Gestión de RCD:
- Estimación de la cantidad y tipos de residuos que se generarán.
- Medidas de prevención y reducción de residuos.
- Métodos de separación y almacenamiento temporal en la obra.
- Estimación de los costes de gestión y valorización.
- Identificación de los gestores de residuos autorizados y las instalaciones de destino (plantas de reciclaje, vertederos controlados).
Este plan es una herramienta fundamental para asegurar que la gestión de RCD se realiza de forma eficiente, legal y respetuosa con el medio ambiente.
RCD Aprovechables
Una gran parte de los RCD son susceptibles de ser aprovechados y reciclados. Se estima que entre el 60% y el 70% del volumen total de residuos en una obra corresponden a materiales inertes y no peligrosos que pueden tener una nueva vida. Los RCD más frecuentemente aprovechables incluyen:
- Hormigón (para producir áridos reciclados)
- Ladrillos y materiales cerámicos (para áridos reciclados)
- Piedra natural
- Arena y grava
- Metales (hierro, acero, etc.)
- Madera
- Plásticos
- Vidrio
- Yeso
La recuperación y el reciclaje de estos materiales no solo reduce la cantidad de residuos que terminan en vertederos, sino que también disminuye la necesidad de extraer materias primas vírgenes, cerrando el ciclo de los materiales en la construcción.
Preguntas Frecuentes sobre RCD
¿Cuál es la fórmula para calcular residuos de demolición?
Una fórmula común para estimar el volumen de residuos es: Largo (ft) x Ancho (ft) x Alto (ft) x ⅓ / 27 (para obtener yardas cúbicas). En metros cúbicos, sería: Largo (m) x Ancho (m) x Alto (m) x ⅓.
¿Cómo se calcula el volumen de residuos de una demolición?
Se calcula midiendo el volumen total del área (Largo x Ancho x Alto), multiplicando por un factor de ⅓ para considerar solo el material sólido, y opcionalmente dividiendo por 27 para convertir a yardas cúbicas si se usa el sistema imperial.
¿Cómo se calcula las yardas cúbicas de escombros?
Si tienes el volumen de escombros en pies cúbicos, divides esa cantidad por 27, ya que hay 27 pies cúbicos en 1 yarda cúbica. Si trabajas en el sistema métrico, la medida estándar es el metro cúbico.
¿Qué son los Residuos de Construcción y Demolición?
Son los desechos generados en obras de construcción, rehabilitación o demolición, incluyendo materiales como hormigón, ladrillos, metales, madera, vidrio, plásticos, etc.
¿Cómo se clasifican los RCD?
Se clasifican principalmente según su origen (extracción, construcción, demolición) y según su naturaleza (inertes, no peligrosos, peligrosos).
Conclusión
Calcular, clasificar y gestionar adecuadamente los Residuos de Construcción y Demolición no es solo una tarea operativa, sino una parte fundamental de la planificación y ejecución de cualquier proyecto en el sector de la construcción. Desde la estimación inicial del volumen de escombros utilizando una fórmula sencilla, pasando por su correcta clasificación según origen y naturaleza, hasta su disposición final a través de contenedores o puntos limpios autorizados y su posterior reciclaje, cada paso es crucial.
Una gestión eficiente de RCD no solo asegura el cumplimiento de la normativa vigente y evita sanciones, sino que también optimiza los tiempos y costes del proyecto. Más importante aún, contribuye significativamente a la protección del medio ambiente, reduciendo la contaminación y fomentando la economía circular mediante el aprovechamiento y reciclaje de materiales valiosos que de otro modo terminarían en vertederos. Implementar un Plan de Gestión de RCD detallado y trabajar con gestores autorizados son prácticas recomendables para cualquier profesional del sector.
Si quieres conocer otros artículos parecidos a Calcula y Gestiona Residuos de Construcción puedes visitar la categoría Construccion.